Jeremías se levanta y desciende a casa del alfarero.
Al descender, el Señor le está diciendo, ve al valle, ahí en medio de los hombres, entre nosotros, y mira lo que ellos viven.
El alfarero trabajaba sobre la rueda….
¿Cuántas veces hemos sentido que todo da vueltas y que nos deshacemos?
La buena noticia es que aún seguimos en las manos de Dios y que Él no nos desecha sino que decide hacernos de nuevo.
Así como el alfarero siguió usando ese barro desecho y lo convirtió en algo nuevo, así nos usa a nosotros, aunque estemos hechos pedazos y hayamos perdido la forma, Dios no nos aparta ni nos considera como un caso perdido, Él sigue tomándonos en sus manos, moldeándonos y creando algo totalmente nuevo, conforme a lo que a Él le parece mejor hacerlo.
Dios no te desecha, tú no deseches tampoco Sus propósitos en ti, ¡aunque parezca que todo está perdido!
Todo lo que pasó, Dios ya lo tomó en sus manos ¡déjalo que lo transforme!
Si te estas enfrentado a un problema familiar, laboral o de cualquier otra índole recuerda: en las manos de Dios, ¡Él lo hace todo nuevo!
Deja tu necesidad a los pies de Jesús, permite que Él la tome en sus manos, aunque esté echada a perder, si tú le das la oportunidad, Dios siempre vuelve a intentarlo y a hacer algo nuevo.
Confía, esta palabra sigue vigente; mira lo que dice Pablo a Timoteo:
Toda la Escritura es útil, no solo unas partes, toda ha sido inspirada por Dios para prepararte para todas las buenas obras que Él preparó para nosotros.
Recuerda, Dios no desechó la vasija rota, la hizo de nuevo, y puede hacerlo así contigo también.
// Castillo del Rey Santiago: Haciendo de cada creyente un discípulo //
Comentarios recientes