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Imagínate a una persona con la fiebre del oro en el siglo XIX, cribando la tierra esperando encontrar la ansiada pepita, puede parecer lento ¿verdad?, sin embargo, cuando la pepita aparecía limpia y resplandeciente, valía la pena todo el tiempo invertido en un trabajo repetitivo.

Lo mismo sucede con las genealogías y las áreas descriptivas de instrucciones y preparativos en la Escritura, y queremos mostrarte un ejemplo.

En el libro de Crónicas encontramos el registro de las crónicas de los reyes de Judá (el reino del sur).

En el caso de las crónicas del rey David, además de las historias de su reinado, encontramos genealogías, distribución de actividades y registro de sus oficiales, y es aquí donde aparece uno de tantos tesoros escondidos:

También Ahitofel era consejero del rey, y Husai arquita amigo del rey.

1 Crónicas 27:33


En medio de hombres encargados de millares y de todos los puestos de confianza del rey está Husai arquita, cuyo mérito es ser amigo del rey.

¿No te gustaría a ti que tu amistad fuera considerada tan importante como para escribir tu nombre entre los demás oficiales del Rey?

Husai era amigo de David, y gracias a su amistad y a la oración de David, Dios lo usó para destruir el consejo malvado de Ahitofel (consejero de David y cómplice de Absalón) y salvar al rey durante la rebelión de su hijo Absalón.

Husai viene del hebreo Jûshay, que quiere decir “apresurado [apresurándose]”.

De él podemos aprender que debemos apresurarnos para hacer lo que nuestro amigo, el rey Jesús, nos pida.
Husai necesitó ser valiente para ser leal a su rey y a su Dios en un momento de división y anarquía.

¿Te has sentido así en tiempos actuales, donde las personas ofrecen propuestas apartadas de la voluntad de Dios, y quieren destronar a su Hijo Jesucristo de tu corazón?

De Husai podemos aprender a ser rápidos y fieles para obedecer a Dios aun en medio de los que no creen en Él.

El Señor está buscando personas dispuestas a frustrar los consejos que no van de acuerdo a la voluntad de Dios.

Tal vez nos sintamos incapaces de lograrlo, pero debemos recordar que Dios sólo busca un corazón dispuesto y Él hace todo lo demás.

Mira lo que Jesús, nuestro Rey, nos dice al respecto:Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.

Marcos 13:11

¡El Espíritu Santo hablará por nosotros!

El valor que tiene un tesoro escondido en la Escritura, así como una pepita de oro en las manos de un trabajador, es incalculable, igual que tú.

Tu amistad con Jesús es una pepita de oro, un tesoro entre el polvo de la tierra, para Dios.

¿Estamos dispuestos a ser como Husai? ¿A tomar decisiones de fidelidad y apresurarnos a cumplirlas en medio del mundo?
Pidamos hoy al Señor que podamos ser recordados por ser de Jesús, su amigo fiel.

// Castillo del Rey Santiago: Haciendo de cada creyente un discípulo //