fbpx

A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.

Deuteronomio 30:19-20

Cuando era adolescente tuve mi primer ataque de ansiedad, pero no lo identifiqué hasta que tuve hijos. Hace más de 13 años, éstos comenzaron a intensificarse y aunque Dios pudo y puede quitarlos en un momento, me ha enseñado a identificarlos, comprenderlos, controlarlos, trabajar con ellos y usarlos para Su gloria.

Durante estos años, he podido dar testimonio a otros de cómo estos ataques se valen del miedo para tenernos esclavizados y cómo usar la Palabra de Dios para que caigan sus ligaduras y podamos volver a vivir en libertad, y que además somos consolados para consolar a los demás.

Pero durante estos años también he podido sentir el cansancio, la tristeza y la incertidumbre de vivir así, y así como Pablo clamaba por que le fuera quitado su aguijón y el Señor le mostró que Su gracia era suficiente y Él se fortalecía en su debilidad, así el Señor me ha mostrado Su gracia en este aguijón para ponerme en los zapatos de aquellos que diariamente luchan con adicciones, ataques en su mente, tentaciones de inmoralidad e identidad sexual, lucha contra enfermedades autoinmunes y prolongadas, y peleas físicas y espirituales que los tienen al borde del abismo diariamente.

Yo confieso en que ha habido días en medio de la batalla contra la ansiedad que le he dicho al Señor lo difícil que me es vivir así y Él me ha recordado que cuando me enfrente a la encrucijada de la vida y la muerte, que escoja la vida y la viva como Él me lo pide, para poder tener un futuro y una esperanza.

Familia de la fe: si usted pide ayuda al mundo, muchos le dirán que esto no es vida y solo escuchará consejos de muerte, ¡no los escuche porque lo condenarán por la eternidad!

Cuando usted esté agobiado por las tinieblas y sienta que se quiere morir: ¡escoja la vida!
Cuando sienta que el dolor no lo deja respirar y siente que se está dando por vencido: ¡escoja la vida!
Cuando la tristeza se ponga sobre usted como una pesada piedra y no tiene fuerzas para quitarla: ¡escoja la vida!
Cuando la acusación, los problemas y las tinieblas lo rodeen y quiera desertar: ¡escoja la vida!
Cuando las cadenas de muerte le atormenten con sus ideas: ¡escoja la vida!

Si el espíritu de muerte le está rondando y le hace creer que nadie puede ayudarle, dejaré que sea Pedro quien le convenza que el único camino a la vida es Cristo. ¡Búsquelo!

Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

Juan 6:68

Solo amando a Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; tendrá vida para usted y una herencia para sus hijos.

// Castillo del Rey Santiago: Haciendo de cada creyente un discípulo //