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»Por eso, ¡hoy somos esclavos en esta tierra de abundancia que diste a nuestros antepasados para que la disfrutaran! Somos esclavos aquí en esta buena tierra.

Nehemías 9:36 NTV

El pueblo de Israel regresó del exilio a reconstruir el templo y las murallas de Jerusalén, y cuando terminaron, leyeron nuevamente la Palabra de Dios, el Espíritu de Dios los movió a ayunar y los levitas los guiaron en una oración de arrepentimiento.

En una de las oraciones más largas de la Biblia pero que no toma más de 10 minutos hacer, los que guiaban en oración le recordaron al pueblo la bondad de Dios a través de sus constantes rebeliones.

La comida no les daba plenitud y la ropa no les traía comodidad porque su pecado les incomodaba de tal manera que se volvían de corazón a Dios reconociendo que su desobediencia y la de sus antepasados los habían inclinado a apartarse más de Dios y ahora se daban cuenta.

Cada vez que el pueblo desobedecía, Dios mostraba su fidelidad; cada vez que ellos clamaban por ayuda, Él les respondía y cada vez que ellos podían, lo desechaban y los volvía a alcanzar la maldad porque se apartaban de Su protección.

-¡Por eso somos esclavos cuando deberíamos ser los reyes y sacerdotes! – reconocía el pueblo.

Cuántos de nosotros hoy somos esclavos:
• De la medicina porque sacrificamos la salud al comer por placer y no por necesidad.
• Del dinero porque gastamos más de lo que ganamos en cosas que son innecesarias.
• De nuestras pasiones porque quisimos entregarnos a ellas en lugar de la voluntad de Dios.
• De nuestras preocupaciones porque le dedicamos más tiempo al ocio en lugar de hablar con Dios y ser guiados por Él.
• Del pecado porque desechamos los consejos de Dios y le dimos la espalda.

Hoy debemos reconocer con arrepentimiento que Dios siempre ha sido bueno y fiel, que sus leyes y mandamientos son perfectos, que grandes son Sus misericordias para nosotros cada mañana, pero que somos nosotros los que nos hemos empeñado en ignorarlo y/o desobedecerlo.

No obstante, tú estás limpio de culpa en todo lo que nos ha sucedido; pues tú has actuado con fidelidad, en tanto que nosotros hemos hecho lo malo.

Nehemías 9:33 DHH

Si usted y yo queremos ver una gran liberación en nuestra vida, familia y nación, necesitamos hacer un llamado al arrepentimiento para confesar nuestros pecados, hacer nuevamente una fiel promesa de obedecer a Dios y cumplirla.

Seguimos siendo esclavos por nuestra rebelión, pero si nos volvemos a la obediencia hoy Jesús nos ofrece la oportunidad de conocer la verdad y ser verdaderamente libres.

// Castillo del Rey Santiago: Haciendo de cada creyente un discípulo //