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Después de él restauró Malquías hijo del platero, hasta la casa de los sirvientes del templo y de los comerciantes, enfrente de la puerta del Juicio, y hasta la sala de la esquina.

Nehemías 3:31

Malquías pertenecía a la generación que regresó del exilio a Jerusalén con una visión de Dios, que tenía un celo por lo santo y que no permitió que ningún extranjero interviniera con sus prácticas paganas en la reconstrucción del templo, sin embargo, después de un tiempo, esta visión se fue perdiendo y así como muchos otros se casó con una mujer extranjera que no quería estar relacionada con el pueblo de Dios y renegaba de Él y Esdras lo documentó (10:31).

Malquías está en la lista de jefes de familia que erró, pero más de 10 años después, en otra lista de jefes de familia, Nehemías, el reconstructor de los muros de Jerusalén, lo registra de nuevo, trabajando en la obra de Dios.

Muchos hombres y mujeres del pueblo de Dios hemos caminado bajo Su visión y sido guiados por Su Espíritu, y en momentos de crisis y enfriamiento hemos tomado decisiones equivocadas que nos han exhibido y avergonzado, pero así como Malquías, Dios nos da la oportunidad de corregir nuestros errores, de habitar en familia, de seguir construyendo la obra de Dios y de estar registrado en el libro que indica quiénes contribuyeron a la reconstrucción y protección de Su pueblo.

Malaquías asumió las consecuencias, pero no se apartó y en el momento de la oportunidad, no la desaprovechó, él se levantó reconociendo su incapacidad, igual que el resto de los pobladores entre los que no se encontraba ningún constructor, y dejó que Dios se perfeccionara en su debilidad.

Cuando era pequeña y estaba aburrida, mi abuelo paterno nos decía que nos faltaba “talache”, cuando era joven y alguien andaba triste, mi abuelo nos volvía a recordar que eso tenía remedio: ¡el talache!

El capítulo 3 de Nehemías lo que más menciona son tres conceptos: oposición, trabajo y familias. ¡El trabajo es un buen remedio para ver la bondad de Dios, para corregir los errores y para reconstruir familias!

De Malquías aprendo que habrá oposición de mi parte, del mundo y de las tinieblas, pero que Dios tiene un trabajo para mí y para mi familia y es tiempo de volver a agarrar el talache, que aunque yo me haya equivocado Él no se equivocó al llamarme y que aunque yo no me sienta capacitado, lo único que Dios pide de mí es que esté dispuesto.

Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.

Isaías 43:1

Yo te escogí, dice el Señor. Levántate a construir, deja tus dudas atrás, tus errores también, has a un lado tu incapacidad, esta es tu oportunidad, aprovéchala, vamos a construir un muro de protección alrededor de nuestras familias con pala y con espada, ¡agarra el talache!

Es tiempo de trabajar, esta es tu oportunidad de reconstruir. Dios te está llamando.

// Castillo del Rey Santiago: Haciendo de cada creyente un discípulo //