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Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del Jordán. 2 Reyes 2:13

Aparentemente, era del conocimiento de los profetas que Elías sería tomado por el Señor y Eliseo se negó a separarse de él en las distintas “paradas” antes de llegar a su destino.

El maestro estaba probando la lealtad de su discípulo, y también su diligencia. Cuando Eliseo pidió una doble porción no se refería al doble de poder, sino al derecho de primogenitura que lo designaba como sucesor.

Elías le contestó que era algo difícil, no para Dios, sino para Eliseo, porque Él iba a necesitar tener su visión muy enfocada.

Nosotros muchas veces queremos heredar el poder, pero lo que el Señor quiere heredar es el servicio, la diligencia, la lealtad y el enfoque.

Cuando el manto de Elías cayó, el Señor estaba heredándole el ministerio de profeta, pero Eliseo tuvo que levantarlo y usarlo.

Dios responde nuestras oraciones y atiende nuestro deseo de hacer su voluntad, pero nosotros tenemos que decidir si vamos a recoger también las obligaciones que conlleva y ponérnoslas encima.

Usted y yo vamos a tener que decidir: ¿realmente me quiero poner esto? Porque cada ministerio recibe poder de Dios, pero también una gran presión y responsabilidad.

¿Ahora entiende porque Elías dijo que iba a ser difícil lo de la doble porción? Porque si queremos recibirla, usted y yo tenemos que vivir enfocados para trabajar el doble también.

Cuando vea que el manto de un ministerio está cayendo al suelo prepárese, es necesario que usted y yo lo levantemos y prosigamos en la tarea con doble esfuerzo.

// Castillo del Rey Santiago: Haciendo de cada creyente un discípulo //