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Vino luego el profeta al rey de Israel y le dijo: Ve, fortalécete, y considera y mira lo que hagas; porque pasado un año, el rey de Siria vendrá contra ti.

1 Reyes 20:22

El enemigo ciertamente está derrotado, pero no se quiere ir solo, quiere que nosotros también lo seamos y volverá por nosotros y toda nuestra casa.

Del conflicto actual en Israel podemos aprender algo: que quien quiera poseer la tierra prometida siempre estará bajo ataque. Usted y yo debemos mirar y considerar que debemos estar preparados para la guerra siempre.

El rey Acab aún siendo considerado el peor de todos los reyes, fue visitado por un profeta porque Dios quería ser conocido por Él y que viera su poder y autoridad para salvarlo.

No importa el tamaño de nuestro pecado, Dios siempre ha estado dispuesto a ofrecer misericordia al pecador que cree en Él y se arrepiente.

Y así se mostró a Acab y le dio la victoria sobre el rey de Siria, pero el profeta le advirtió que debía prepararse porque el enemigo volvería.

El mismo diablo tentó a Jesús en el desierto y la Escritura dice que habiendo sido vencido lo dejó… por un tiempo.

Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.

Lucas 4:13

Así que si le pasó a Jesús, usted y yo podemos esperar que nos suceda también lo mismo, y debemos prepararnos.

No debe sorprendernos el fuego de prueba que viene, no debemos ignorar las maquinaciones del enemigo, mientras vivamos en la tierra (y no en el cielo) tendremos aflicción pero podemos confiar en esto: ¡Jesús ha vencido!, y usted y yo solo tenemos que resistir cada vez que el enemigo regrese porque sabemos el resultado final.

¿Cómo lo haremos? Alimentándonos diariamente con la Palabra de Dios, congregándonos y fortaleciéndonos en la unidad del Espíritu como cuerpo de Cristo, teniendo comunión íntima con el Señor en nuestros tiempos de oración y sirviendo al prójimo que es como finalmente servimos a Cristo dejando de ser solo un creyente y convirtiéndonos en verdaderos discípulos que no solo tiemblan ante Su palabra, sino que la obedecen.

Vaya y prepare el ejército para que sea más fuerte y planee cuidadosamente su defensa…

«No te duermas en los laureles; traza un buen plan, porque el enemigo volverá a atacar».

// Castillo del Rey Santiago: Haciendo de cada creyente un discípulo //