fbpx

Esta fue la pregunta que le hizo el profeta a la viuda que vino con un problema, porque él quería decirle que la solución estaba al alcance de su mano.

Pero en la historia del pueblo de Israel, vemos también que hay cosas que estaban al alcance, y fueron de perdición.

Entonces aquellos cinco hombres que habían ido a reconocer la tierra de Lais dijeron a sus hermanos: ¿No sabéis que en estas casas hay efod y terafines, y una imagen de talla y una de fundición? Mirad, por tanto, lo que habéis de hacer.

Jueces 18:14

Y es que así como la bendición, la maldición también está al alcance y dentro de nuestra propia casa, si nosotros la dejamos entrar.

Los espías de la tribu de Dan que aún no habían tomado posesión de la tierra, descubrieron que había un hogar donde albergaban ídolos e imágenes y tenían un sistema muy eficiente de adoración, pero contrario a lo que agrada a Dios.

Y es que no hay nada oculto para Dios, ni para el enemigo, alguien nos observa, hay una nube de testigos que nos vigila y que va a encontrar y exhibir los ídolos que guardamos dentro y que están contaminando nuestro corazón y el de nuestra familia, condenándonos al cautiverio, porque estamos haciendo todo un sistema de adoración deficiente, contrario a la voluntad de Dios.

Es vergonzoso ser acusado y exhibido por nuestros angustiadores, pero no deje que lo torturen, ríndase ante Dios, reconozca su pecado, pida perdón y tome la decisión de vivir diferente.

Es tiempo de revisar nuestra casa y también nuestro corazón, ¿qué ídolos están ahí que debemos echar fuera? Porque más angustiadores vendrán a sitiarnos y todo lo que esté edificado sobre la confianza en los ídolos caerá y nos ocasionará dolor, pérdida y un sentimiento de orfandad y desolación.

Este pueblo se edificó un ídolo en lugar de ir al lugar correcto a adorar Dios, no deje que la pereza, la comodidad y el orgullo le impidan ir a donde el Señor le confronte con Su palabra, no deje de asistir a su iglesia donde le imparten la Escritura con temor y temblor, porque Dios a quien ama corrige, porque quiere que tengamos vida y ¡en abundancia!

Muchos proyectos en nuestra vida no prosperarán hasta que no hayamos quitado lo que contamina la tierra y la hace infértil.

No dejemos que nada nos aparte de poner orden en nuestra casa, porque nuestra vida y nuestra familia es valiosa para Dios.

Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?) 1 Timoteo 3:2-5

¡Es tiempo de limpiar la casa!
// Castillo del Rey Santiago: Haciendo de cada creyente un discípulo //