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Un contrato es un acuerdo, generalmente escrito, por el que dos o más partes se comprometen recíprocamente a respetar y cumplir una serie de condiciones. También se le dice acuerdo porque ambas partes están “de acuerdo” con los derechos y obligaciones.

Cuando queremos adquirir una casa o un carro, hacemos un contrato donde nos comprometemos a pagarlo y si no lo hacemos, aceptamos que vengan sobre nosotros las consecuencias estipuladas previamente.

Dios hizo un paco con Su pueblo en Horeb y lo refrendó en la orilla del Jordán, antes de entrar a la tierra prometida.

Él le recordaba a Su pueblo el acuerdo que había hecho con Sus antepasados y les explicaba detenida y detalladamente los beneficios (bendiciones), las obligaciones (compromiso de las partes) y las consecuencias en caso de no cumplir con el acuerdo (maldiciones)

El pacto de Dios con Su pueblo es protegerlos, guiarlos y ponerlos por encima de todas las naciones, y el compromiso del pueblo es obedecerlo, o sea, seguir Sus indicaciones para que puedan hacerlo.

En caso de que el pueblo falle (lo desobedezca y haga lo que quiere) es que se convierte no solo en un pueblo como cualquier otro en la tierra, sujeto a pasiones, desastres y sus consecuencias, (o sea, a vivir bajo maldición) sino que también ahora tiene que pagar el daño por haber roto su juramento y tener una «mala imagen» por incumplido.

Créame, cuando Dios anuncia las maldiciones no es que quiera maldecirnos, es que está siendo claro con nosotros para que escojamos sabiamente, para que no digamos que no leímos las letras chiquitas.

Dios es bueno y fiel y nos repite una y otra vez que fuera de Sus brazos protectores, encontraremos la ruina, así que nos invita a que escojamos bien y permanezcamos en Él y en Su amor.

»Llamo hoy al cielo y a la tierra para que sean testigos: Yo te estoy dando a escoger entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Así que elige la vida para que tú y tus descendientes puedan vivir, amando al SEÑOR tu Dios, obedeciéndolo y estando cerca de él, porque al hacer esto tendrás vida y permanecerás por mucho tiempo sobre la tierra que el SEÑOR prometió darles a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob». Deuteronomio 30:19-20 PDT

// Castillo del Rey Santiago: Haciendo de cada creyente un discípulo //