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Muchos de nosotros hemos visto con admiración los ministerios poderosos de hombres fieles a Dios, pero detrás de todos ellos hubo otros instrumentos escogidos para guiarlos al conocimiento de Cristo, que tuvieron que vencer sus propias limitaciones y servir a Dios en obediencia.

Por cada Saulo, hubo un Ananías

Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre. El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es este, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel.

Hechos 9:13-15

Tal vez tú has oído de las cosas terribles que otras personas hacen aún en el nombre de Dios que te harán temer por tu propia vida, pero deberás vencer tus miedos porque ellos oran en la oscuridad espiritual y necesitan recibir al Espíritu Santo para que sus ojos sean abiertos y proclamen el evangelio de forma poderosa.

Vence el miedo y ve a hacer lo que Dios te pidió.

Por cada Cornelio, hubo un Pedro

Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo.

Hechos 10:28

Es posible que tus costumbres necesiten ser renovadas con la revelación del Espíritu Santo para compartir el evangelio a personas en autoridad. Hay personas que oran y llevan una vida piadosa y esperan que alguien les reciba con los brazos abiertos, Jesucristo nos llama a hacer eso, a ir a tocar la puerta de aquel que ha reunido y ministrado a su familia y se goza de la esperanza de gloria. EL Espíritu Santo quiere convertir familias enteras que le están buscado en espíritu y en verdad.

Vence la vergüenza del pasado y ve a hacer lo que Dios te pidió.

Por cada eunuco, hubo un Felipe

Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? Él dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él.

Hechos 8:29-31

Hay personas que tienen incapacidades que a nuestra vida pueden parecer difíciles de comprender pero que están buscando al Señor celosamente. Que la apariencia física y las dificultades de entendimiento no sean limitaciones para que podamos compartirles y explicarles sobre Jesús, en esa misma hora el Espíritu mismo nos dirá qué decir.

Acércate a ese carro, a esa persona y no te preocupes si no vuelve a saber de ti, ahora sabrá de Cristo y llevará Su conocimiento mucho más lejos de lo que imaginas.

Oremos para ser esos instrumentos útiles que imponen manos sobre los que buscan a Dios y es la Luz sobre ellos; acudamos al llamado de aquel que en casa está buscando una comunión con el Señor y al compartirle la Escritura el Espíritu Santo venga sobre todos ellos; acerquémonos sin limitaciones a los que quieren comprender más y mejor del Señor y veamos cómo se abre su entendimiento y se llenan de gozo y de convicción genuina.

Seamos esos instrumentos sencillos que obedecen a Dios y ven las grandes cosas que Él quiere hacer en los demás.

// Castillo del Rey Santiago: Haciendo de cada creyente un discípulo //