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Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, la tierra guardará reposo para Jehová. Seis años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos. Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso, reposo para Jehová; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña.

Levítico 25:2-4

Acabamos de cumplir XV años de matrimonio y el año anterior, fue nuestro segundo 7° año de cosecha y reposo.

Es hermoso ver la fidelidad del Señor que nos pagó el jornal completo aún cuando fuimos de los trabajadores que llegaron a la última hora a su viña; fuimos postreros y nos pagó igual que a los primeros, porque Él es fiel a Su palabra.

Este año quince que para nosotros empezó en agosto, el primero del siguiente ciclo de cosecha, el Señor nos llamó desde enero a sembrar: ¡sal a sembrar!

Y desde enero así lo hicimos, dejando semilla donde quiera que íbamos, pero ahora es cuando vemos lo intencional de esta siembra, la necesidad de sembrar la semilla escogida con visión de lo que queremos cosechar.

En el 7 año espiritual vendrá el reposo de Dios para la tierra y ella nos dará de todo lo que hayamos sembrado para que le demos la gloria a Dios.

No sé en qué año te encuentres tú, pero si este fuera el primer año que siembras de forma intencional, enfocada y visión de futuro ¿qué quisieras cosechar dentro de 7 años?

Hoy te invitamos a agradecer a Dios esta revelación y a tomar conciencia de sembrador.

  • Selecciona la semilla de la fe, aunque sea pequeña como un granito de mostaza, que lleve dentro el reino de Dios y su justicia, que esté llena de gozo y de paz (Mateo 13:31 y Romanos 14:17)
  • Remueve la tierra de tu corazón, quita las piedras, las raíces de amargura y pon una cerca alrededor para cuidarla de los peligros e invasores (Isaías 5:2 y Hebreos 12:15)
  • Deja la semilla en tierra, póstrate y de rodillas deja que tus lágrimas asienten el grano que cae a tierra y muere, para que de mucho fruto (Salmos 95:6 y Juan 12:24)
  • Mira el cielo mientras esperas la lluvia temprana (que hace germinar la semilla) y tardía (que permite madurar el fruto), vuélvete a Dios y guarda la misericordia y el juicio (Joel 2:23 y Oseas 12:6)
  • Recoge con gratitud los campos listos para la siega, regocíjate de tener los brazos llenos de la bendición y la salvación del Señor (Juan 4:35 y Salmos 126:6)

Tenemos un Dios que siempre nos sorprende mucho mas abundantemente de lo que pedimos o entendemos, atrévete a sembrar abundantemente tú también.

Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas. Salmos 126:6

// Castillo del Rey Santiago: Haciendo de cada creyente un discípulo//