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Y volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre, y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham; y los llamó por los nombres que su padre los había llamado. Génesis 26:18

Los filisteos habían cegado los pozos de Abraham para evitar que su familia prosperara.

Así como una tubería tapada, el agua no fluía ni podía hacer prosperar nada alrededor.

La palabra cegados habla de taparlos, pero también de hacerlos imposibles de ver.

Es posible que en este momento de nuestra vida no tengamos identificados todos los pozos que nuestros padres naturales o espirituales hayan abierto para nuestra provisión porque el enemigo los cegó para secarnos y ahuyentarnos de la tierra prometida.

Y muchos hoy se sienten desanimados y que se están secando porque no sienten el fluir de Dios, y andan como el ciervo, bramando por las aguas y no encuentran saciedad, pero Isaac tuvo que abrir los pozos de nuevo y volver a llamarlos por el nombre que tenían antes.

Previamente Isaac había abierto otros pozos a través de sus siervos, pero en este punto de su vida, él tuvo que participar activamente junto con los siervos, él tuvo que ensuciarse las manos y sacar toda la basura, piedras y tierra que el enemigo usó para que volviera a brotar la vida en el lugar y ser saciado él y todos en su casa.

Destapar una tubería es desagradable, hay podredumbre y es incómodo, pero es de mucho provecho. ¿Cuánta basura hay en nuestra mente y nuestro corazón, en las plataformas de televisión que miramos y las redes sociales que compartimos? Hay que destapar la tubería pero tenemos que echar la podredumbre a donde le corresponde: fuera de nuestra vida.

Cuando leí esta palabra oré a Dios con pasión y le pedí que destapara esos pozos en mi vida y mi espíritu se estremeció cuando sentí que me dijo: ¡ábrelos tú!

Dios nos ha dado poder y autoridad para tomar Su palabra y ponerla en práctica y dejar de desfallecer.

Por supuesto que podemos pedir a otros que nos ayuden a orar e interceder para volver a sentirnos avivados, pero es el tiempo en que nosotros tomamos las riendas de nuestra vida espiritual y destapamos eso que el enemigo cegó en nuestras vidas, que reconozcamos la basura que está interponiéndose para que vuelva a correr los ríos de agua viva.

Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. 16 Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco. Éxodo 14:15-16

¿Quiere volver a sentir el poder de Dios corriendo a través de usted como un río? Pase de las palabras a la acción, abra los pozos cegados, vuélvalos a nombrar y bendiga a aquellos que tuvieron un encuentro con Dios antes que usted y los abrieron para testimonio y para que la sed de muchos más fuera saciada.

Ahora dé un paso de fe y pida a Dios que le muestre esos pozos espirituales en su región que están diseñados para saciar a su comunidad y comience a destaparlos para que muchos alrededor prosperen con el poder de Dios.

// Castillo del Rey Santiago: Haciendo de cada creyente un discípulo //