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Cada vez más seguido escuchamos de esta afección mental en la cual una persona tiene cambios marcados o extremos en el estado de ánimo, donde tiene períodos de sentirse triste y deprimido que pueden alternar con períodos de excitación y actividad intensa o de sentirse malhumorado e irritable.

Pero para el creyente, esta es una condición natural que va desde la persecución por las luchas, la aflicción por causa del pecado hasta la exaltación a causa de la liberación que Cristo ha hecho en nuestras vidas y la alegría por sus grandiosas y valiosísimas promesas.

Usted y yo vamos a tener períodos en que nos sentiremos como ola en el mar, pero debemos dejar de ser inconstantes, y soltar el ancla de la fe para poder permanecer firmes hasta el fin en medio de las tempestades.

Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.

Santiago 1:6

Si usted está pasando por momentos de opresión, debilidad y acusación, antes de querer echar todo por la borda, escuche al apóstol Pedro que nos pide que mejor echemos toda nuestra ansiedad sobre Jesús porque Él cuida de nosotros.

Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

1 Pedro 5:6-7

Sé que puede sentirse abrumado mientras camina por el valle que parece de sombra y muerte, pero recuerde lo que Dios le dijo en la Luz y deje que Su Palabra sea una lámpara a sus pies y una lumbrera en su camino.

Cuando todo se vuelva confuso, oscuro y triste, cuando los vientos de confusión azoten su barca, guarde su corazón, guarde la Palabra que Dios le mandó atesorar porque la va a necesitar, y si se aferra con fuerza a Sus mandamientos, usted permanecerá en Dios y Él en usted.

Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.

1 Juan 3:24

Cuando sienta que Dios le abandonó, deseche esa mentira del diablo porque Él le ha prometido que cuando usted clame, Él le responderá y le mostrará cosas que no conoce.

Satanás quiso hacer dudar a Job del poder y amor de Dios, y hacer que Dios desechara a Job, pero Dios amaba la fe de Job y creía en él más que Job mismo. Con nosotros sucede lo mismo.

Dios también le ama y cree en usted, Él sabe que su fe resistirá y que al final verá que su lucha no era contra carne ni sangre, porque no era ni su carne ni su sangre lo que estaba en disputa, sino su preciosa alma que es valiosa para Dios.

Si usted se ha sentido triste, acusado y hasta odiado diariamente, recuerde que Dios le ama eternamente.

No deje que el mundo le ponga una marca de enfermedad mental que recién descubrió porque para cada problema del hombre, Dios ya ha provisto la solución y se llama Jesucristo, y por Su llaga hemos sido sanados, así que sométase a Dios, resista al diablo y huirá.

Tenga fe, aférrese a la Palabra que Dios le dio y permanezca firme hasta el fin.

// Castillo del Rey Santiago: Haciendo de cada creyente un discípulo //