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Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Éxodo 3:4

Ciertamente las tinieblas cubren la tierra, pero las tinieblas no pueden esconder la luz, al contrario, la hacen más evidente.
Moisés vio la luz de la zarza que ardía y no se consumía, y al ir a verla, Dios le hizo un llamado.

Este post es hoy como esa zarza que llama a tus ojos a seguir leyendo y averiguando lo que Dios quiere decirte.

Así como a Moisés, Dios te está llamando a ir a anunciar Su palabra para liberar a Su pueblo.

Dios conoce nuestra aflicción, y ha oído la súplica de Sus hijos que angustiados, anhelan ser libres de la esclavitud que el faraón de este tiempo les ha impuesto y nos llama a usted y a mí a plantarnos frente a faraón para decirle: deja ir a los hijos de Dios; y a los hijos de Dios, decirles que junto con su clamor tienen que empezar a marchar.

La sangre derramada de Abel pide justicia ante la maldad, pero la de Jesucristo ha venido a cubrir la tierra de misericordia a todo el que tiene fe, pero muchos aún no le conocen.

La creación sufre ansiedad por ver la manifestación de los hijos de Dios, clamando que dejen el sueño y despierten, que no se escondan bajo la mesa sino que se pongan en alto y alumbren toda la casa.

Usted y yo tenemos que hacer labor de profeta, llevando y anunciando el juicio y la libertad que Dios nos dio por medio del sacrificio de Jesús a todos los que en Él creen, se arrepienten de sus pecados y deciden vivir diferente.

No espere más tiempo, clame y acuda ante el pueblo y las autoridades, hábleles del Señor, de su justo juicio y de su gran misericordia para salvar a todo el que se lo pide y se vuelve de sus malos caminos.

Pide hoy al Señor que así como esa zarza ardió y no se consumía, así arda su palabra en tu corazón por obedecerlo y compartirlo con un fuego que no se apague jamás.

Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte. Éxodo 3:10-12

// Castillo del Rey Santiago: Haciendo de cada creyente un discípulo //