fbpx

Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas. ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Salmos 139:16-17

¿Alguna vez has encontrado alguna imperfección en tu cuerpo?

Tal vez tu cabello, o la forma de tu nariz, el color de tu piel o la curvas de tu cuerpo te han hecho dudar de lo genial que es Dios.

Es muy común que frente al espejo apuntemos la mirada directo a aquello que no nos gusta y nos restemos valor en nuestra mente, pero para Dios no es así.

Él tiene un libro donde escribió sobre cada detalle de ti que te hace único y especial para Dios, y que diseñó de antemano para que Él fuera conocido y reconocido sobre la tierra.

A Dios no se le pasó la mano, ni le faltó agregar alguna cosa, sino que cada parte, forma, color y textura en ti fueron diseñadas específicamente, aún las que están “cambiando” con el paso del tiempo.

La próxima vez que te preguntes porqué Dios permitió que tuvieras cierta característica, mejor pregúntale ¿para qué la puso en ti?

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Isaías 55:8-9

Fuiste creado sin defectos, Dios no se equivocó en ti, la confusión no viene de Dios, ya que Él usó un código genético (ADN) único e irrepetible que ni aún los científicos han podido descifrar por completo, y ahí está grabado cada detalle sobre ti, y por medio del cual serás reconocido aunque pasen los siglos.

No permitas que la percepción de un mundo caído te haga dudar de ello, disfruta la forma que Dios te dio y busca a aquellos que necesitan oír que el diseño de Dios en ellos es perfecto, tan perfecto que siguió un libro específico de detalles e instrucciones para formarlos, para Su gloria.

// Castillo del Rey Santiago: Haciendo de cada creyente un discípulo //