Distractores

Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.

Juan 5:8

En el estanque de Betesda había muchos enfermos esperando el movimiento del agua para ser los primeros en entrar y ser sanados.
Este hombre tenía 38 años detenido en este lugar con los ojos puestos en un estanque.

A veces nos parece absurda la contestación de este hombre ante la pregunta de Jesús porque lo lógico es que contestara que sí, pero él está distraído con el estanque, con el agua estancada, sin darse cuenta que tiene la fuente del agua viva moviéndose delante de él, a su alcance para que salte para vida eterna.

Muchos de nosotros estamos con nuestros ojos fijos en la solución que nos recomendaron, la que nos contaron, la fórmula exacta para ser felices, que no nos damos cuenta que Jesús está frente a nosotros para hacer un milagro.

¿Cuántos no hemos creído que cuando tengamos tal trabajo, o viaje, o cuando tal persona nos ame o recibamos el aumento de sueldo o nos restituyan lo que perdimos seremos felices y podremos ir donde queramos?

Cosas como esas son distractores, son como ese estanque en Betesda que nos tiene adormilados, paralizados, y que pasan los años y no podemos despertar ni salir de ahí, que nos consumen la fe y la vida.

Este hombre buscaba adecuar lo que Dios podía hacer a formas humanas, pero es necesario que Su imagen sea restaurada en nosotros para que podamos entender que no es de manera natural, sino sobrenatural, que Dios va a obrar en nuestras vidas, que tenemos que quitar ese letargo y activar nuestra fe, dejar de apoyarnos en las multitudes y en ilusiones vanas, para hacer lo que Jesús nos dice.

Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.

Juan 5:8-9

// Castillo del Rey Santiago: Haciendo de cada creyente un discípulo //