Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos. Génesis 18:26
Conocemos la historia de Abraham y cómo el Señor le visitó y le reveló lo que planeaba hacer en su corazón contra la maldad de Sodoma y Gomorra.
¿Alguna vez te has preguntado qué hubiera sucedido si Abraham hubiera seguido insistiendo?
Yo me imagino que el Señor hubiera seguido perdonando, por amor a los justos.
Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel? Ezequiel 33:11
Dios está buscando razones para salvarnos, aún de nosotros mismos.
Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé. Ezequiel 22:30
Dios observa la tierra y juzga a la humanidad, buscando una razón para que su juicio no sea de condenación, sino de salvación.
Y entonces, sucede, Su presciencia: el plan engendrado en el corazón de Padre, del Hijo y del Espíritu Santo se manifiesta.
Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. 1 Timoteo 2:5-6
A su debido tiempo, Jesucristo actuó como mediador.
Siempre que el Señor busca una razón para salvarnos, encuentra acepto el sacrificio de su Hijo en todos los que creen en Él.
El Señor sigue perdonando por amor y por la fe en el Único justo, Jesucristo, su Hijo, quien también es Dios.
Hay un justo que consumó todo en la cruz, y por amor a Él, el Señor perdona nuestras iniquidades.
Es tiempo de seguir insistiendo por Jesucristo, de seguir intercediendo por ciudades que se están consumiendo y sellando su juicio con fuego y azufre, para que la fe en Jesucristo permita que sea encontrado en medio de ellos, y por amor a Él, sean perdonados.
El día de hoy, busca así como Abraham, preguntar una vez más al Señor si está dispuesto a salvar por Jesucristo, el justo, a nuestra ciudad.
Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 1 Juan 2:1
// Castillo del Rey Santiago: Haciendo de cada creyente un discípulo //
Comentarios recientes