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Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación.

Isaías 26:20

Pueblo mío:
¿Te consume la ira?
¿Te inunda la tristeza?
¿Te doblega el dolor?
¿Te paraliza la confusión?
¿Te enardece la acusación?
¿Te abruma la incertidumbre?
¿Te oprime la vergüenza?

El Señor te dice: ven, escóndete un poquito en mi presencia.

El Señor nos invita este tiempo a convertir nuestro hogar en un refugio, que esté lleno de calidez, que sea un lugar cómodo, conocido, donde estemos rodeados de personas que nos aman, donde seamos nosotros mismos.

¿Qué es lo importante al día de hoy? La vida, los seres queridos; todos unidos de una u otra manera en ese lugar, con el corazón abierto hacia Él, ya que Él mismo es nuestro refugio espiritual.

¿Recuerdas qué hizo la viuda cuando el acreedor venía por sus hijos? Ella se encerró con ellos y fue en casa, en familia, en privado, que comenzó a ver lo sobrenatural de Dios.

Bendeciré abundantemente su provisión; a sus pobres saciaré de pan.

Salmos 132:15

Tal vez te preocupe que el encierro traiga escasez a tu vida, pero es el tiempo de ver la provisión y la multiplicación del Señor en lo secreto de tu habitación.

Pueblo mío, escóndete un poquito en Mi presencia y verás, que no sólo en el 2021, sino en todos los días de tu vida, Yo te daré todo lo que necesitas.

// Castillo del Rey Santiago: Haciendo de cada creyente un discípulo //